¿Qué son las muelas del juicio?
Las muelas del juicio, también llamadas cordales, son los últimos molares en aparecer y se ubican en cada extremo de los maxilares. Esta casi extinta pieza dental suele aparecer entre los 16 – 18 años y termina de erupcionar o desarrollarse a los 20 años. En un inicio, estas piezas dentales eran esenciales para comer raíces y carne cruda, pero en la actualidad nuestra dieta se basa en alimentos blandos o bien cocidos, por lo que su funcionalidad principal cada vez es más nula.
Síntomas de la muela del juicio
La aparición de estos molares no siempre provoca síntomas, sin embargo, puedes darte cuenta del comienzo de su aparición si notas la presencia de los siguientes:
- Famoso dolor de muela del juicio, que se refiere al intenso dolor en la zona donde erupciona el cordal.
- Dolor intenso en la mandíbula, que se puede recorrer hasta los oídos e incluso los ojos.
- Encías sensibles.
- Hinchazón mandibular.
- Dificultad al abrir la boca.
- Mal aliento.
Extracción de la muela del juicio
La extracción es necesaria cuando las muelas no logran erupcionar de manera correcta y es posible que afecten a terceras piezas dentales que se encuentren cerca de ellas. Una muela que se encuentra en mala posición puede modificar la posición de dientes vecinos a ella, además de causar caries o incluso pulpitis. Lo ideal es extraerla y así no perjudicar tu demás dentadura.
La aparición de infección es otra de las razones por la cual es necesaria una extracción. La zona donde emergen estos terceros molares es complicada de limpiar, lo que propicia la propagación de bacterias, las infecciones y posibles problemas de hinchazón, dolor y caries.
Este procedimiento se lleva a cabo bajo anestesia local para que no sientas dolor alguno durante la intervención. En principio el especialista realizará una valoración previa para posteriormente realizarte una radiografía. El cirujano maxilofacial será el encargado de extraer la pieza mediante una intervención pequeña, realizando una pequeña incisión en la encía para poder extraer la muela.
No puedes evitar la aparición de los cordales y mucho menos la retención, pero si realizas visitas periódicas a tu dentista por lo menos cada seis meses puedes supervisar su crecimiento. La mejor manera de ver una muela retenida es mediante una radiografía panorámica.