Enjuague bucal: mitos y beneficios
Al buscar constantemente lucir unos dientes blancos y una sonrisa brillante, muchas personas invierten en tratamientos y productos que prometen un resultado positivo, pero no siempre alertan sobre sus riesgos. Un ejemplo bastante común son los enjuagues bucales, a menudo recomendados para auxiliar la higiene, pero su formulación contiene elementos que pueden dañar los dientes.
Si bien la mayoría de los enjuagues contienen antibacterianos que llegan a lugares donde el cepillo dental no alcanza, los ‘bombardeos’ comerciales de numerosas marcas no nos dicen todo lo que necesitamos saber. Actualmente, existen enjuagues con funciones específicas, dependiendo de su composición, como los destinados a la prevención del mal aliento, los que contienen flúor y previenen la caries y optimizan la calcificación de los dientes, entre otros.
Sin embargo, pese a las promesas de servir como un aliado de la salud bucal, un estudio reciente publicado en el Dental Journal of Australia afirmó que muchos de los enjuagues bucales tienen la cantidad necesaria de alcohol como para provocar daños y hasta estimular la aparición de cáncer bucal. Esta investigación sirve para alertar a los que buscan una sonrisa perfecta sobre la necesidad de controlar el uso de estos productos. Acá te pasamos algunas informaciones importantes sobre los enjuagues bucales.
Enjuagues bucales sin alcohol no son inofensivos: Aunque estos productos no contengan los maleficios del alcohol, también pueden causar efectos secundarios – como manchas en los dientes y alteración en el sentido del gusto – si se los usa durante mucho tiempo, debido a la presencia de ingredientes como la clorhexidina.
El enjuague bucal no necesariamente combate el mal aliento: Estos productos pueden reducir la halitosis, pero no son una solución permanente. Si uno sufre este mal, debe consultar un dentista para descubrir las causas del mal aliento y tratarlas de manera correcta.
Los enjuagues bucales no sustituyen el cepillado: Aunque posean antibacterianos específicos, estos productos no pueden ser usados como un sustituto del cepillo dental. Lo más indicado es usarlo como un complemento, pero debe ser recomendado por un especialista, ya que suele causar daños si usado en exceso.
Al buscar constantemente lucir unos dientes blancos y una sonrisa brillante, muchas personas invierten en tratamientos y productos que prometen un resultado positivo, pero no siempre alertan sobre sus riesgos.
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